sábado, 14 de noviembre de 2009

(DE) Mostrame


El otro día hablando con una querida amiga y compañera de trabajo de una situación que le había pasado a otra de las nuestras, me hizo un comentario que me dejó pensando.
Cito: “Se nota que la quiere y está hasta las manos con ella, la fue a buscar a Perssico a las 2am para llevarla a su casa. El pibe estaba durmiendo, ella le mandó mensaje y él la fue a buscar para llevarla”.
Bueno, supongo que por el título que le puse a este posteo y por lo que acabo de contar, no es muy difícil suponer de qué estamos hablando.
Demostrar, eso es.
“Probar algo o manifestar su verdad mediante pruebas teóricas o empíricas”.
Dejando la filosofía barata (nunca los zapatos de goma), me quedo con que demostrar es PROBAR que ese algo es cierto.
Pero… si yo tengo que probarte, demostrarte ese algo…es porque claro, vos no me crees. Y la verdad, qué feo que sería pensar que yo TENGO que demostrare algo sólo porque vos necesitas esas pruebas para creer lo que te digo.

Pongámosle que yo vengo un día y te digo: “Tengo un lunar con forma de clave de sol en la nuca”, vos podrías creerme o no creerme, Si me creés, lo vas a hacer antes que yo me levante el pelo y te lo muestre (sí, me gusta llevar el pelo suelto). Porque si me creés sólo cuando yo te lo muestro y vos lo ves, entonces no me creés a mí, sino a tu vista. Si yo tengo que demostrar que tengo un lunar con forma de clave de sol en la nuca, es porque no me creés, entonces te lo muestro y después vos pensás que me creés porque lo viste. Pero seguís sin creerme, sólo le creés a tus ojos.
Nadie te puede demostrar el amor, porque en la demostración le creés a lo que ves, al otro no le creés nada.

Si vos venís y me decís te quiero para mostrarme que me querés, la verdad es que prefiero que no lo hagas, no me sirve. Ahora, si vos me decís te quiero porque es lo que sentís, y no por demostrarme nada, por favor no dejes de hacerlo, porque me encanta escucharte. Nunca hagas o digas cosas en función de mí, hacelas por vos, por lo que sentís, sino, no lo hagas.
Qué es más importante? Que alguien te diga que te quiere o que vos realmente te sientas querido?.

Hay gente que puede quererme mucho y no ser capaz de actuar lo que siente. Algunos te regalan cosas todos los días y no te quieren nada. Y también hay gente que vive con otros que nunca mostraron nada en toda su vida, y sin embargo se sienten queridos. Gente que lo sabe, que no necesita que el otro haga nada de lo que los otros hacen.

Yo tengo un amigo que nunca me dijo que me quiere, no es de esas personas que van a ir a abrazarte o mimarte, no es “demostrativo”. Pero igual me siento muy querida, porque cuando me llama para mi cumpleaños, cuando salimos, cuando hablamos, cuando me apoya en mis decisiones, cuando me aconseja, cuando me caga a pedos si piensa que hice algo mal, cuando comparte conmigo sus cosas, yo siento que él me quiere.
No me hace falta que me llame todos los días, ni que me diga cuánto me aprecia o que venga de repente a abrazarme.

Por eso repito, seguro que es hermoso cuando alguien te dice lo mucho que te quiere, cuánto significas, etc. Pero la realidad, es que a veces no interesa cuánto me lo diga el otro, sino cuánto lo sienta yo.


Au Revoir ♫

lunes, 2 de noviembre de 2009

Tratame bien


Hoy me puse a pensar en cuánta culpa tengo sobre muchas cosas por las cuales me quejo.

Porque ponele, yendo directo al grano, si ese pelotudo del cual yo estoy enganchada no me trata como yo espero, es sólo su culpa? No será un poco mía también?

Claro, no quiero decir que estoy dudando de su pelotudez ni tampoco pienso que yo sea la culpable de la misma, sino, que tal vez en parte, soy culpable por seguir permitiendo eso y de aun sabiendo cómo resultarían las cosas, seguir metiendo el dedo en la yaga.



Voy a explicarlo un poco porque si yo no supiera lo que estoy queriendo decir, también estaría poniendo esa cara de boludo que estás poniendo vos al no entender a qué quiero llegar con todo esto.

Supongamos que a mí me gusta un chico llamado Pepito no? Que claro, no me da bola. Pero yo que soy una cabeza dura, digo: a la mierda, yo lo encaro aunque esté más que claro que el flaco ni siquiera me mira las tetas (lo cual para mí, sería directamente la nada misma.). Y claro, Pepito vuelve a rechazarme ( y sigue sin siquiera mirarme las tetas). Entonces, Pepito es un inútil o yo soy una forra con un gran cartel luminoso que dice: “MASOQUISTA?. Pepito es un tarado ? o yo, que sabiendo que me iba a rechazar, lo encaré igual nuevamente?

Creo que en realidad, la opción 2, es la que más me convence.


Yo sé que este tal Pepito lo único que quiere conmigo es sacarse la calentura, pero en vez de dejar la relación si es que no me convence lo que él “me ofrece”, sigo intentando todo el tiempo que cambie de parecer. Entonces, soy o no soy una masoquista?. Es o no es mi culpa por no poder ver que la que está chocando una y otra vez soy yo, sabiendo siempre lo que voy a obtener por resultado?. Es o no es mi culpa el maltrato que recibo, si cada vez que el flaco me aclara como son las cosas, yo sigo intentando como una boluda haciendo caso omiso a lo que me dice?. Yo creo que sí, que es mí culpa.

Y ojo, acá no es cuestión de ponerse en papel de víctima ni nada que se le parezca, es simplemente una cuestión de reacciones lógicas, o al menos, “esperables”.

Porque si a vos amiga, un flaco que no te gusta para nada – o por lo menos no de la manera que él quiere o espera - te vive rompiendo las pelotas todo el tiempo, supongo que también lo querrías mandar a la mierda. O me equivoco?.


Tampoco quiero decir con esto, que uno tenga que ir rechazando con maltrato o indiferencia a todo aquel que guste de nosotros cuando nosotros no sentimos lo mismo.

Lo que quiero decir, es que a veces, somos nosotros mismos los que provocamos esas reacciones. Por qué? Y…para eso cada uno tendrá su propia explicación.



Au Revoir