domingo, 21 de noviembre de 2010

Llueve sobre mojado

"Los dias como hoy, estos dias de domingo lluviosos, me gustaria que existiera una compañia que alquilara tipos, que vengan a tu casa, miren con vos una pelicula mientras te hacen caricitas, se acuesten con vos, te hagan cucharita y al otro dia se vayan"

martes, 9 de noviembre de 2010

Garchame y voy




Requisitos excluyentes para ser un garch and go:

1)      NO USES EL ROMANTICISMO: Los dos sabemos que solo querés ponerla y descargar tu hombría acumulada, entonces, dejá de usar frases cursis y pelotudas que vas a dejar tiradas en las sábanas apenas logres acabar.
Prefiero que entiendas que soy inmune a tus palabras melosas y que conozco el objetivo del “lugar más tranquilo” o “sólo quiero que charlemos” de la misma manera que vos.  

2)      ENTENDÉ QUE TAMBIÉN ENTIENDO DE LA MISMA MANERA QUE VOS EL CONCEPTO DE GARCH AND ME VOY: No hace falta que me aclares 500 veces hasta cuando me la estás poniendo, que lo nuestro es una relación sin compromiso. Lo sé, lo entiendo, quedate tranquilo que tampoco proyectaría algo con alguien que me llama a las 5 am  para “ir a tomar algo”.

3)      NO AL SLIP: Creo que no hay que aclararte que para bombachas, estamos nosotras. La lencería no es una cosa netamente importante sólo en las mujeres. Tu slip bordeaux me causa stress.

4)      LOS GARCH AND GO, NO TE LLAMAN SI ESTÁN CANSADOS: A ver, para qué carajo me vas a llamar si lo único que vas a hacer es tirarte en el colchón con la excusa de que venís de bailar 5 horas? Un garch and go, te llama porque tiene ganas de coger, entonces, eso es lo mínimo que espero. Es tu deber satisfacer mis necesidades igual que esperás que yo satisfaga las tuyas, para eso es que me ves en vez de irte a dormir con tu novia que está indispuesta, no?.

5)      QUE TE PROPONGA QUE TE QUEDÉS A DORMIR, NO SIGNIFICA QUE ME HAYA ENAMORADO: No sos tan bueno, no fuiste romántico, no te acordás ni mi nombre. No te parece que te faltan los cherrys para ser una ensalada completa? Te digo que te quedes a dormir, porque a diferencia tuya, tengo cierta humanidad y no pretendo que 8am te vistas y te vayas a tu casa. Aparte sinceramente, después de ir a bailar y haberme fumado ese intento de polvo con vos, me da paja pararme a abrir la puerta.

6)      SI TE SIGO HABLANDO, TAMPOCO SIGNIFICA QUE TE AME: Te hablo porque me caíste simpático, si me caías bien antes del garche, por qué me vas a dejar de simpatizar ahora? Dejá de flashear y proyectar tus miedos machistas en mi persona, que te siga hablando, no significa que ahora no puedo dejar de pensar en vos.

7)      TENEMOS EL MISMO DERECHO A ESE LLAMADO: Si vos podés llamarme para vernos, por qué yo no puedo hacer lo mismo? Sí, seguramente como antes, proyectarías tus miedos en mí y pensarías que te amo, todo concluye en eso. No te equivoques, sólo te deseo. Te llamo porque al igual que a vos, también me pinta coger de vez en cuando viste. Y siendo que tenemos una relación casual, no es lógico que te llame?.

8)      LOS MIMOS NO SON SINÓNIMOS DE AMOR:  Si después de dar vueltas en el aire me pinta acostarme con vos y que nos hagamos un poco de mimos, no implica que soy tierna porque pasaste a ser alguien especial. Las mujeres mayormente necesitamos eso, nos gusta, nos cabe, qué te jode? Disfrutá, dejá de mambearte macho, para eso estamos nosotras.

9)      NO ME HAGAS LA DEL TAXI: No llegues a decirme: “Te pido un taxi?” No gracias, todavía tengo la capacidad de llamarlo por mí misma. Aparte, si tan poco pajero fuiste como para pasarme a buscar 5 am con el auto (sí, es el horario top para el garch and go), no me hagas la del gran taxista. Qué pasa? Tenés un convenio con Radiotaxi Premium? Te pagan por cada puta que mandás de viaje?. Por lo menos guardá un poco de caballerosidad hijo de puta. Levantá el orto y llevame a mi casa, o la próxima venite vos a la mía. Y que no te quepa duda que cuando vengas, me voy a encargar de pincharte las 4 ruedas de ese auto tan lindo que tenés, a ver si te cabe a vos el taxi pelotudo.  De todas maneras, no tenés ganas de llevarme? Entonces mínimamente invitame a que me quede a dormir infeliz, no me rajes a las 6 de la mañana.

10)   NO TE TOMES TAN LITERAL LO DEL “GO”: Si me vas a querer coger una vez y nunca más, prefiero que ni lo hagas, porque seguramente me voy a quedar más caliente. Si te tomás literalmente ese “Go”, es probable que si te vuelvo a llamar, me metas excusas del tipo: tengo mucho que estudiar, me surgió un viaje familiar a Katmandú, mi perro se comió todos los preservativos. Entonces dejalo ahí, y ahorrame el crédito, que no estamos en condiciones de desperdiciar. No cojamos y listo, el mundo va a seguir girando igual.

11)   LOS GARCH AND GO NO NECESITAN PONER EXCUSAS: Se relaciona con la anterior, pero esta vez vamos a ampliar. Si no te cabe coger más conmigo, no me pongas excusas pelotudas como: prefiero que seamos amigos, no tengo tiempo, en mi casa no se puede. Porque amigos, tengo muchos y no me los cojo, nunca falta tiempo para un polvo y existen los telos. Si no te cabe más, decímelo, no pasa naranja, después de todo, no tenemos un compromiso, eso es lo copado. Aparte, ahora te venís a preocupar por no lastimarme? Lo hubieras pensado antes cuando me trataste de puta, y encima no me pagaste.

12)  GARCH AND GO E HISTÉRICO NO VAN DE LA MANO: 
      No te me vengas a hacer el galán de Latinoamérica. Vos mismo sos el que siempre repetís que para las minas nos es más fácil coger, entonces dejate de joder. No te hagas el difícil, no histeriquees pensando que así me vas a tener más al pie, porque si lo único que estoy buscando con vos es coger, no vas a llegar muy lejos. Voy a ir, y me voy a buscar otro que tenga más ganas que vos de ponerla y que encima la sepa usar mejor, para histéricas ya tengo a mis amigas o a mi ex.

13)   SI ESTÁS MUY BORRACHO, NO RENDÍS, ENTENDELO: Si fueras mi novio y de repente te quedás dormido cogiendo o no se te levanta ni con una grúa(que nunca te pase), okey, tenemos todavía muchos otros días para garchar. Pero no flaco, sos mi pibe casual, nos estamos encontrando para coger, no para jugar a la generala. Entonces, si te das cuenta que no podés ni hilar dos palabras, para qué me decís de vernos? O acaso a vos te gustaría que si vos me llamás, yo acepte y cuando llegue te diga: Perdón, vengo de bailar, la verdad es que no puedo ni moverme. No loco, así no. Así no va.


Resentida? No, para nada. Pero sabés cuánta Cindor te hace falta? 

lunes, 8 de noviembre de 2010

Buena suerte y...hasta luego?

Me encontré sentada en una butaca, viendo pasar a “los hombres de mi vida” uno por uno a dar su monólogo en el escenario -mientras yo gustosa- escuchaba con atención cada una de sus palabras. El orden de aparición en escena era algo aleatorio, al igual que sus pasos por mi vida.



De pronto las luces cambian de color. El personaje principal de la noche entra en escena y me recuesto para escuchar cómodamente y con más atención su parlamento.
Lo primero que hacemos es mirarnos detenidamente, observándonos en silencio, intentando en un minuto recolectar la mayor cantidad de detalles posibles. Empieza a sonar una melodía tranquila, dulce, y todos los flashbacks se muestran en una pantalla gigante cual momentos Kodak.
No le salen las palabras, presiento un dejo de tristeza y melancolía en su mirada al mismo tiempo que su postura sigue firme y rígida sobre el escenario.
Empieza su monólogo y cada palabra es calculada, y ahí logro darme cuenta que sigue siendo el mismo de siempre y que no va a dejar que sus impulsos le ganen. Tiene un discurso ordinario, palabras cruzadas que escuché cientos de veces y que sin embargo, no me cansaría nunca de oír.
Pero de pronto se quiebra, muestra la persona detrás del personaje y yo atino a sonreír y regocijarme de la situación. No por disfrutar de su llanto sino por descubrir que mis creencias eran reales y no simples maquinadas de mi propia mente.
Era un tipo seguro, siempre mirando al frente, con caminar suelto y bailarín. Su sonrisa me desarmaba, haciéndome vulnerable a sus encantos. Podía decir las peores cosas, pero si lo hacía sonriendo, lograba que sonaran dulces.
Alguien que realmente estaba seguro de si mismo, pero no de sus acciones. Con quien estaba todo listo para sumergirse, pero cuando llegaba el momento, nos dábamos cuenta que sólo uno de los dos tenía puesta la malla, mientras el otro todavía tenía puesto el salvavidas, por las dudas, por si acaso el agua estaba muy caliente o no tan fría como hubiera deseado.
Una persona que hoy conforma una suerte de ídolo en mi vida. Es gracioso, porque suelo –solía- decirle eso. Algo así como tocar el cielo con las manos. Como si cada vez que lo nombrara se me enrojecieran los cachetes y me volviera el alma al cuerpo, cuando el corazón te late a mil por hora de tan sólo pensar en ese alguien.
El amor que había entre los dos fue equivalente al desamor sufrido más tarde, a veces, por momentos, de a ratos, cuando no se podía legalizar la ternura ni contrabandear besos o abrazos.
Sin embargo, a pesar de todas las lágrimas derramadas y todo lo distorsionada que pudo haber sido la historia, es raro lo que voy a decir, pero es la relación más pura que tuve hasta ahora.
Final de mierda, pero bueno, historia para el recuerdo si las hay.
Se me va la mente en los repasos mientras él continúa con su speech barato, pero cuando vuelvo a la escena, veo al mismo pibe jodido, soberbio e impaciente de siempre.
Con cada oración intenta justificar sus decisiones, su actuar...nuestro final.
Supongo que ni él se cree esa actuación pero le es más fácil eso que cambiar de papel. Precavido dirían algunos, prudente dirían otros, cagón diría yo.
No porque mi propio orgullo no me deje pensar otra cosa sino por su mirada tan contradictoria con sus palabras. Y él lo sabe. Es consciente de lo mucho que conozco su verdadera identidad y que ninguna máscara me haría confundir.
Pasan los minutos y se empieza a dar cuenta de que sigo sin creerle una sola palabra de lo que está diciendo, y comienza a reírse. Me contagia, resuenan nuestras carcajadas en todo el teatro, y finalmente decimos:Dejémonos de joder, no?, aceptemos que nunca nos vamos a deshacer uno del otro y sigamos como si nada, sabiéndonos de eso”. Siendo conscientes de que nuestra historia va a quedar suspendida en el tiempo, no para retomarla algún día sino simplemente para de vez en cuando escaparnos a ese lugar.
Me invita a subir al escenario, quiere que por esa noche yo lo acompañe en el cuadro principal. Me sorprendo, pero acepto con alegría. Subo, nos miramos de cerca, luego cerramos los ojos y con nuestras manos recorremos con delicadeza – casi sin tocar – el rostro del otro. Nuestros ojos, nuestras narices, nuestros labios ahora desencontrados.
Nos miramos nuevamente y sonreímos. Éramos incapaces de inhibirnos el uno frente al otro, se escurrían en el silencio billones de sentimientos que morirían en el mismo así como las demás sensaciones que nos provocaban escalofríos.
Sosteníamos las miradas, gritábamos aquellas palabras que creíamos ocultas y víctimas de una cárcel de desconsuelo y de amor.
Anuncian que la obra está por finalizar, los actores deberán volver a sus realidades dejando la fantasía suspendida en ese antro.
Con melancolía nos tomamos de manos, nos abrazamos y alejándonos cada uno en otra dirección, nos repetimos lo que siempre nos solíamos decir a la hora de cada –nueva- despedida: Buena suerte y hasta luego.