domingo, 9 de enero de 2011

Que la inocencia nos proteja, ahora que todo es más perverso.

Los chicos se pelean y se amigan como si fuera algo rutinario. No existe un enojo que dure más de 5 minutos. Viene una nena, me dice que otra no le quiere prestar un juguete, entonces intervengo, les digo que hay que compartir, y se van a jugar a juntas. Viene un nene, me dice que otro le pegó, le digo que por favor le pida perdón, lo hace, y se dan un abrazo. Los chicos, se gritan y se vuelven a amigar casi al instante.
Con  nosotros pasaba algo parecido. Nos matábamos, yo lloraba, vos te ibas, y a los 5 minutos ya te estaba llamando para decirte que no hagamos más eso, que no quería que nos peleemos más. Decíamos que ya no daba para más y al otro día ya estábamos yendo al cine de nuevo. Nos despedíamos y nos reencontrábamos casi como si fuera un juego.
Entonces...será que somos como chicos con un amor grande o será que somos grandes con un amor inmaduro? .
Lo que pasa es que...vos y yo siempre tuvimos tanto miedo a crecer...y eso quizás fue lo que hizo que nuestro amor tampoco madure. Nos quedamos ahí, en esa travesura infantil.
Supongo que por algo a los dos nos gusta tanto trabajar con chicos. Nos enternece hasta el más ridículo enojo y nos llena como nada el más tierno abrazo.
Pero cuando un chico se encula, te dice: “No te quiero más”, y sabemos que no es verdad. Los chicos se enojan y se desenojan con la misma facilidad, y es algo válido y normal para la edad. Pero en nosotros...en la gente grande...eso se traduce a ciclotimia.
Pero el tema es que nuestros enojos pasan por otro lado, y hay cosas que no se pueden remediar por más intentos que hagamos y por más reconciliaciones que pretendamos.
Por eso te explico, yo no soy ciclotímica. No pienses eso cuando te digo que es mejor dejar las cosas así y que te vayas, pero después te llamo para pedirte que vuelvas.
Lo que pasa, es que a pesar de no actuar como tales, sé muy bien que no somos más chicos. Sé muy bien que un “No te quiero más” es un NO-TE-QUIERO-MÁS. Sé perfectamente la consecuencia que sucede al NO FUNCIONA, CORTÉMOSLA ACA.
Entonces...no te confundas, no es histeria, es miedo, es pánico. Pánico de que un día vos crezcas y yo no. O que yo crezca y vos no lo hagas. Me espanta la idea de que algún día tengamos que tomar esas palabras en serio. Quizás por eso seguimos jugando a despedirnos y reencontrarnos, a odiarnos y a querernos. 
Tal vez... tengamos terror a que de verdad nuestras palabras crezcan y nuestros actos maduren, a tener que tomar decisiones determinantes y hagamos lo que tendríamos que haber hecho hace tiempo...que es dejarnos ir.

[Poder decir adiós, es crecer.]






1 comentario:

  1. Pero que linda analogía.

    Creo que niños vamos a ser toda nuestra vida si tenemos suerte y sabemos guardar de la niñez todo lo verdadero y puro.

    Si ser adulto es olvidarse de que la vida es un juego, de que todo se está moviendo, de que nada es determinante, por favor, ¿Quien querría crecer?

    ResponderEliminar